Más allá de la tierra del mañana, no existe nada; más allá de Tomorrowland, no cabe nada. Han pasado más de 10 años desde que por primera vez, en 2005, el festival más grande del mundo abría sus puertas en Boom, Bélgica, para todos los fans de la música electrónica. Tomorrowland pretendía ser algo más que música, lo que buscaba era crear magia. Esa magia, que te hace olvidar el pasado, vivir el presente, y demostrar que el mañana es todo un misterio. Tras haber celebrado una década de vida, cada año promete ser mejor, y extender sus fronteras a otros continentes: este año, «TomorrowWorld», en Atlanta, en septiembre, y en Sao Paulo, con el «Tomorrowland Brasil», el pasado mes de abril.
¿Cómo es vivir esta experiencia?
El cuento de hadas se hace realidad cada año con Tomorrowland, en el DreamVille, lugar donde acampan miles de fans de todas las nacionalidades. Este año, en colaboración con «Belgian food truck festival», un festival de comida rápida internaciones que va siendo muy popular en Bélgica. Son camiones de comida rápida que aparcan en la plataforma del camping y distruyen comida de diferentes culturas y tradiciones. Además de esta novedad, se añaden al festival los desayunos buffet que ofrece el DreamVille y por supuesto la calle internacional, proyecto que el año pasado se inició para que los visitantes se sientan como en casa.